Por Luis Soldevila
A sus 76 años Huang Zhenhuan cuenta con más de sesenta de práctica del Taijiquan, muchos de ellos junto a maestros legendarios. Al retirarse de su puesto como profesor e investigador en la Universidad de Aeronáutica y Astronáutica de Pekín empezó a elaborar a partir de sus experiencias y sus investigaciones sobre los clásicos del Taiji y el taoísmo un sistema para el cultivo interno. Durante su primera visita a España le pedimos que nos hablara del Taijiquan del Gran Tao.
Nos gustaría saber algo sobre sus primeros pasos en la práctica del Taijiquan y los maestros de los que aprendió.
Nací en Shanghai en 1933, y de pequeño mi salud no era muy buena. A mi padre esto le preocupaba, y cuando tenía catorce años decidió buscarme un profesor de Taichi. En aquel momento uno de los maestros más famosos de Shanghai era Tian Zhaolin, que había aprendido Taiji desde niño con Yang Jianhou, hijo de Yang Luchan, y, tras su muerte, con sus hijos Yang Shaohou y Yang Chengfu1-. Tian enseñaba al estilo tradicional. Era un hombre muy serio y exigente, y un gran artista marcial. Cuando fuimos a visitarle le vi hacer tuishou con algunos de sus alumnos y me impresionó profundamente cómo los lanzaba a gran distancia sin el menor esfuerzo. Su gongfu era muy elevado. Con él aprendí las formas de mano vacía y espada y el empuje de manos del estilo Yang.
A los 19 años me trasladé a Nanjing para estudiar en la universidad, pero siempre que volvía a Shanghai visitaba a Tian para seguir aprendiendo de él. Al terminar la carrera me trasladé a Pekín, y al llegar allí empecé a buscar un maestro con quien seguir aprendiendo Taiji. Alguien me dijo que Wu Tunan enseñaba en el parque de Zi Zhu Yuan, y fui a visitarle. Era un hombre menudo de casi ochenta años con una larga barba blanca. Caminaba erguido y con paso ágil, como un joven, y no necesitaba apoyarse en un bastón. En aquella época los maestros de renombre eran poco accesibles, muchas veces resultaba difícil llegar hasta ellos si no tenías referencias o te presentaba algún discípulo, y por eso me sorprendió su simpatía y su buen humor.
Le pregunté a Wu si podía aprender con él, y me preguntó si ya había practicado antes y con quién. Cuando le hablé de Tian Zhaolin me dijo que era su hermano de escuela, ya que los dos habían sido en el pasado alumnos de Yang Shaohou. Me pidió que realizara la forma de estilo Yang que practicaba, y cuando lo hice me dijo que "aún no había cruzado la puerta del Taiji". Yo le dije que había aprendido de Tian durante cinco años, y entonces me invitó a cruzar las manos con él. En el momento en que le toqué salí despedido hacia atrás. Convencido por su demostración y por su calidad humana le pedí que me aceptara como alumno, y así aprendí Taijiquan estilo Wu con él durante 24 años, desde 1965 hasta su muerte, en 1989. Wu Tunan murió a los 105 años de edad, y su esposa vivió 107. Ella también practicaba Neidan Gong, alquimia taoísta.
En los años 80 aprendí también Ruyi Taijiquan2- con Shi Ming. Este es un estilo que desarrolló él mismo a partir de las enseñanzas de Wang Yongquan3- y de otro maestro de estilo Wu. Shi Ming consideraba fundamental el trabajo de zhuang gong, o posiciones estáticas, hasta tal punto que exigía a sus nuevos alumnos que practicaran sólo estas posiciones durante meses antes de enseñarles nada más.
Basándose en las enseñanzas de estos maestros y en su propia experiencia dio forma posteriormente al Da Dao Taijiquan. ¿Cómo llega a este concepto?
En una ocasión le pregunté a Wu Tunan por qué algunos maestros de muy alto nivel morían relativamente jóvenes, y me respondió que a menudo esas personas llegaban a tener un gran gongfu y un dantian muy poderoso, pero que lo utilizaban demasiado en las aplicaciones y el combate, y que eso no era beneficioso para la salud, ya que consumían su Qi demasiado rápido. Entonces me preguntó, "¿Tú quieres alcanzar un nivel elevado en Taijiquan para tener una larga vida, o para ser invencible?" Yo le contesté que para lo primero, y me dijo que si era así tenía que estudiar el Dao De Jing. Wu opinaba que el fin último del Taijiquan era la longevidad, y no la maestría marcial. Para él eso era un "valor añadido" de la práctica constante y consciente del Taijiquan. Creo que esa fue la lección más importante que aprendí de él.
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